KESSLER GANA LA ETAPA DEL ADIÓS DE VALVERDE
La fortuna no es una de las virtudes de Alejandro Valverde. Sin los cuatro corredores que siguieron a Lance Armstrong el año pasado en la clasificación general, Valverde se presentaba como uno de los grandes favoritos para llevarse el Tour de Francia. Llegaba como líder de la clasificación del UCI Pro Tour, tras sus brillantes victorias en la Flecha Valona y la Lieja-Bastogne-Lieja. Había demostrado en el prólogo una mejoría en contrarreloj y tenía un equipo que le respaldaba totalmente con dos gregarios de lujo como son Oscar Pereiro y Vladimir Karpets. Pero una caída camino de Valkenburg ha truncado su Tour. Era una etapa dura que atravesaba las Árdenas. Esta vez el día no era lluvioso, como suele ocurrir en las Clásicas de Primavera (disputadas en esta misma región). El pelotón perseguía a el quinteto de escapados donde Arrieta era el más fuerte. Estaban subiendo un falso llano cuando un bandazo en la cabeza del pelotón tira a varios corredores. Entre los perjudicados, enseguida vemos el maillot blanco que lleva el líder del Pro Tour. Alejandro Valverde se ha caído.
Nada más levantarse se da cuenta de que no va a poder seguir. Se duele de la muñeca y sobretodo del hombro. Se tiende en la cuneta. Eusebio Unzue le dice que tiene la clavícula rota. El Tour se acaba para el murciano.
Por delante el pelotón sigue. De salida, en los repechos luxemburgueses y belgas se ha formado la escapada. Son cinco corredores: Voigt, Arrieta, Unai Etxeberría, Pineau y Laurent.
En doscientos kilómetros salvan un repecho tras otro. Los puertos de tercera y cuarta categoría sirven para que Pineau se haga con el maillot de la montaña, arrebatándoselo a David de la Fuente. En el penúltimo puerto, una cota que se sube en la Amstel Gold Race, Arrieta demarra. Pineau y Etxeberría ceden enseguida. Voigt y Laurent intentan aguantar a rueda del español. Pero el corredor del Ag2R se marcha en solitario. Por detrás Rabobank, Lampre, Quick Step y Liquigas aceleran el pelotón.
La diferencia de Arrieta no es suficiente y el grupo, que cada vez va más estirado se le echa encima. Llega el Cauberg, donde finaliza todos los años la Amstel Gold Race. Esa es la carrera de Michael Boogerd, el campeón holandés, que tiene 7 podios en “la carrera de la cerveza”.
Boogerd se coloca en cabeza y pone un ritmo infernal. Pero el Tour es otra cosa. Boonen, Freire, Gilbert y varios T-Mobile se pegan a su rueda. Es entonces cuando Kessler, que fue cazado a cien metros de meta en Esch-sur-Alzette, se levanta y ataca. Es un cambio de ritmo seco, al que nadie puede responder. Sólo Gilbert intenta desesperadamente aferrarse a la rueda del corredor de T-Mobile. Pero en los últimos metros del Cauberg se queda clavado.
Por detrás el Rabobank aun intenta cazar a Kessler, confiando en que Freire remache el trabajo de Flecha y Boogerd al esprint. Nada de eso. Kessler gana en solitario y Rogers encabeza el pelotón, levantando los brazos por el doblete del T-Mobile. Después entran Bennati, Boonen, Zabel, Paolini y Freire.
La victoria de Kessler fue una demostración de fuerza y potencia, pero la tercera etapa del Tour será recordada como aquella en la que Valverde dejó el Tour. Sin él las opciones de los españoles al podio son muy escasas. Mayo ha cedido tiempo, y a Sastre ni se le ha visto. Habrá que ver el estado de forma de ambos y de corredores como Oscar Pereiro.
Mañana el Tour deja las Árdenas para dirigirse hacia terrenos más llanos, donde los esprinters puros tienen todas las papeletas para llevarse la victoria.
Diego Rodríguez
0 comentarios