LANDIS SE LLEVA EL TOUR MÁS ABIERTO DE LOS ÚLTIMOS AÑOS
Aunque no hemos podido narrar las etapas que han decidido el Tour, no hemos perdido detalle de esta edición de la Grand Boucle. Coincidimos con la mayor parte de los medios de comunicación. Nos ha parecido el mejor Tour de los últimos años, tal vez el mejor de la última década.
A la salida de Estrasburgo se llegaba sin claros favoritos. Basso, Ullrich y Mancebo ( 2º, 3º y 4º el año pasado tras Armstrong) no estaban en la salida por su implicación en la Operación Puerto, y Vinokourov (5º en 2005) tampoco estaba en liza, al quedar excluido su equipo por la implicación de 5 de los corredores que integraban el 9 del Tour en la trama de dopaje.
Parecía que los favoritos eran dos americanos: Landis y Leipheimer, un ruso: Dennis Menchov, un alemán: Andreas Klöden y un español: Alejandro Valverde. Las incógnitas eran los italianos Cunego y Simoni, e Iban Mayo. El joven escalador de Lampre fue el único de los tres que respondió como era de esperar. Simoni cuajó una discreta participación mientras que Mayo fracasó una vez más en la primera cuesta.
Valverde, para muchos el gran favorito, fue eliminado por una caída camino de Valkenburg. La clavícula rota y su segundo abandono en su segundo Tour fueron las consecuencias del percance.
De la primera semana no se pudo sacar nada claro salvo la superioridad de Mc Ewen sobre los demás en los sprints. La contrarreloj de Rennes colocó a Landis como el gran favorito, y demostró la superioridad de T-Mobile. Leipheimer falló en un terreno que siempre le ha ido bien y se despidió de la general. Menchov, como Klöden respondió bien, y Carlos Sastre presentó sus credenciales para liderar el poderoso Csc.
Tampoco la primera etapa pirenaica sirvió para aclarar nada. Sólo para que Mayo cediese 25 minutos y para que Dessel, derrotado por Mercado en el sprint de Pau, se vistiese de líder.
En Pla de Beret los mejores jugaron sus cartas. Menchov venció al sprint a Leipheimer y a Landis, que se vistió de amarillo. Sastre y Evans no cedieron más que unos segundos mientras que Klöden perdía más de minuto y medio. Pereiro, líder del Caisse de Espagne tras el abandono de Valverde, perdió casi media hora, desfondado en las rampas del Peyrosourde. Mayo abandonó insultando a las motoristas de la televisión. Hay que destacar la actuación de David de la Fuente, que se vistió con el maillot de lunares tras pasar primero por Tourmalet, Portillon y Peyrosourde, y segundo por Aspin.
Dos días después en una etapa de transición que acababa en Montellimar, Óscar Pereiro se vistió de amarillo tras fugarse con Voigt, Chavanel, Quinziato y Grivko, y llegar a meta con media hora de ventaja sobre el pelotón.
Pereiro, aventurero y luchador como pocos, estaba dispuesto a defender esa primera plaza mientras le fuera posible. Su primera prueba llegaba en l´Alpe d´Huez. En el primer kilómetro terrible que hay tras la curva número 21, Perdiguero partió el pelotón. Landis y Kloden quedaron en cabeza, con un Evans que las pasaba canutas para aguantar. Llegaron Leipheimer y Sastre, pero Menchov se encontraba hundido. Por detrás Pereiro sabía que debía dejar pasar ese primer kilómetro terrorífico. Ir a su ritmo. Subió con Dessel, tercero en la general. Klöden tomó la iniciativa en el grupo de cabeza. Dejó a Evans y a Sastre y Leipheimer, que habías conseguido entrar, y sólo Landis aguantó. Por delante Schleck demarraba y dejaba a Cunego, compañero de fuga.
En meta, Pereiro perdía el liderato pos tan solo 10 segundos.
Llegó la etapa reina, la del Galibier, la de la Croix de Fer, la del Mollard, la de La Toussuire. Esa fue la etapa de las grandes hazañas. Rasmussen se escapó de salida con Casar y con Valjavec. Los dejó en la Croix de Fer y se aventuró en solitario hacia la etapa y el maillot de la montaña. En el grupo de favoritos no pasó nada en Galibier y fue en el final del ascenso a la Croix de Fer cuando Zandío aceleró y se lanzó en un descenso suicida. Subieron Mollard muy rápido, persiguiendo a Leipheimer, que había saltado en la Croix de Fer.
En la Toissuire ocurrió lo impredecible. Sastre atacó y Landis, que había transmitido malas sensaciones durante toda la etapa, se quedó. Klöden puso a su equipo a trabajar y pronto quedó solo con Pereiro y Evans. Llegaron a meta con unos pocos segundos perdidos sobre Sastre y ocho minutos ganados sobre Landis. El americano entró en meta hundido.
Pero lo que ocurrió al día siguiente sí que fue una verdadera exhibición. Landis atacó a 150 kilómetros de meta. Ninguno de los favoritos consiguió cogerle rueda, y después T-Mobile y CSC, los dos grandes perjudicados por la Operación Puerto dejaron a Landis coger 9 minutos. En la durísima Joux Plane, Sastre atacó desde abajo. Moureau y Cunego se lanzaron en su persecución aunque no llegaron a acercarse. Evans, Leipheimer y Menchov, se descolgaron del grupo de Pereiro y Klöden. El alemán sufrió como nunca para no perder contacto con el español. Sastre coronó la Joux Plane como líder virtual de la carrera pero en el descenso Landis le sacó 45 segundos, al igual que el grupo de Pereiro. Después de la exhibición del californiano en Morzine, Pereiro quedó como líder con 12 segundos sobre Sastre y 30 sobre Landis.
La contrarreloj de 57 kilómetros parecía ser el terreno ideal para que Landis arrebatara el maillot a Pereiro. Desde el principio fue sacando tiempo al gallego, y consiguió ganar el Tour. Por su parte el hundimiento de Sastre contrastó con el poderío de Klöden, que lo dejó sin podio.
Sólo queda saber qué hubiese pasado si CSC y T-Mobile hubiesen llevado el control de la carrera y tanto camino de Montellimar como camino de Morzine hubiesen puesto corredores para abortar la escapada. Probablemente Sastre o Klöden se hubieran llevado el Tour. En los Alpes, Sastre ordenó a su equipo no tirar para perseguir a Landis, cuando tenía a Schleck y a Vandevelde en el grupo y O´Grady marchaba escapado. Los tres relevando podrían haber reducido mucho las diferencias con Landis, además de endurecer la carrera, lo que hubiese podido suponer que Sastre sacase más tiempo a Pereiro y a Klöden en Joux Plane.
T-Mobile siempre tendrá la excusa de que Klöden iba muy justo camino de Morzine, y que tirar pudiese haber supuesto descolgarlo, o hacer que se descolgase en la subida. En mi opinión, si tiraba su equipo tenía la posibilidad de perder el Tour. De no tirar tenía la certeza de que lo iba a perder, teniendo en cuenta la fuerza del californiano contra el reloj.
Se acaba este Tour, que durante tres semanas nos ha hecho recordar lo bonito que puede ser el ciclismo cuando hay alternativas y ataques, y no hay un dominio exagerado de un corredor.
Clasificación general final:
1. Floyd Landis (PHO/USA) 89h39:30.
2. OSCAR PEREIRO (CEI/ESP) a 00:57.
3. Andréas Klöden (TMO/GER) 01:29.
4. CARLOS SASTRE (CSC/ESP) 03:13.
5. Cadel Evans (DVL/AUS) 05:08.
6. Denis Menchov (RAB/RUS) 07:06.
7. Cyril Dessel (A2R/FRA) 08:41.
8. Christophe Moreau (A2R/FRA) 09:37.
9. HAIMAR ZUBELDIA (EUS/ESP) 12:05.
10. Michael Rogers (TMO/AUS) 15:07.
11. Frank Schleck (CSC/LUX) 17:46.
12. Damiano Cunego (LAM/ITA) 19:19.
13. Levi Leipheimer (GST/USA) 19:22.
14. Michael Boogerd (RAB/NED) 19:46.
15. Marcus Fothen (GST/GER) 19:57.
16. Pietro Caucchioli (C.A/ITA) 21:12.
17. Tadej Valjavec (LAM/SLO) 26:25.
18. Mickael Rasmussen (RAB/DEN) 28:33.
19. José Azevedo (DSC/POR) 38:08.
20. Marzio Bruseghin (LAM/ITA) 43:05.
21. DAVID ARROYO (CEI/ESP) 44:00.
22. PATXI VILA ERRANDONEA (LAM/ESP) 44:28.
Ganador de la Montaña: Mickael Rasmussen
Mejor joven: Damiano Cunego
Regularidad: Robbie Mc Ewen
General por equipos: T-Mobile
Diego Rodríguez Gascón
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