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LA FRANCIA DE THURAM Y ZIDANE ESTÁ EN LA FINAL

LA FRANCIA DE THURAM Y ZIDANE ESTÁ EN LA FINAL

FRANCIA 1-0 PORTUGAL 

Francia es un equipo de corte defensivo, con una buena defensa y un mediocampo muy trabajador. Vieira y Makelele son dos jugadores de contención, y Malouda, aunque tenga desborde y velocidad, se pasa el partido corriendo, trabajando en el centro del campo. Pero el peligro de la selección gala está arriba, en sus tres jugadores más adelantados. De Zidane y de Henry ya sabíamos todo. El primero es un jugador de gran calidad, aunque los años le pesen. El segundo es la potencia y la elegancia. El tercer jugador es Ribery. El jugador del Olympic de Marsella debutaba en este Mundial y ha sido sin duda la gran revelación. Es un jugador rápido y hábil. Francia es mucho más peligrosa cuando él está en el campo. Y con este sistema que se basa en la habilidad y la peligrosidad de tres hombres, Francia ha ido creciendo partido a partido, hasta la final.

Ante los galos Portugal no tuvo su mejor día. Empezó muy bien, con Deco y Maniche llegando desde atrás, y con el peligro de Figo y de Cristiano Ronaldo en ambas bandas. Tal vez con un delantero mejor que Pauleta, el partido hubiese sido otra cosa.

Los lusos comenzaron el partido atacando. Jugaban rápido y pudieron haberse adelantado por medio de Deco o de Maniche, o incluso de Cristiano Ronaldo.

Pero Barthez, un portero que ha demostrado en sobradas ocasiones ser un portero más que inseguro, tuvo una de sus mejores actuaciones.

No nos engañemos. La primera parte no fue un recital portugués, pero sí que fue el equipo de Scolari el que llevó la iniciativa. También Francia pudo marcar en una jugada por la banda izquierda que Henry no llegó a rematar en boca de gol.

Poco después Henry recortó a Ricardo Carvalho en un palmo de terreno. El defensor del Chelsea se lo llevó por delante y el colegiado pitó penalti. Y fue Zidane el encargado de transformarlo en su penúltimo partido como jugador profesional. Lo tiró raso, ajustado y fuerte. Imparable.

La segunda parte fue preciosa. Los portugueses trataban de llegar al área de Barthez desesperadamente. Nunca llegaron con excesivo peligro. Deco, seguramente el jugador más importante de Portugal, no apareció salvo para realizar pases cortos en su propio campo. Y Figo demostró que los años no pasan en balde. Una y otra vez trataba de regatear a Abidal para centrar, pero el lateral francés siempre conseguía rechazar la pelota. Sólo se salvó Cristiano Ronaldo y tal vez Maniche.

A las carencias en el juego portugués hay que sumar la negligencia de Scolari cuando juegan con el marcador en contra. Portugal necesitaba un centrocampista que hiciese jugar a Deco. Un jugador que recibiese el balón y lo sacase de la defensa, para que el barcelonista conectase con los dos extremos y con Pauleta. Tiago parecía el jugador más indicado para sustituir a Costinha, pero Scolari retiró a Pauleta para dar entrada a Simao, y después entró Helder Postiga sustituyendo al nuevo jugador del Atlético de Madrid. A esto se unió la lesión de Miguel, por el que salió Paulo Ferreira.

Aun con todo esto, en una falta lanzada por Cristiano Ronaldo, Barthez dejó en bandeja el balón a Figo, quien remató alto en boca de gol. Portugal tuvo alguna oportunidad más, pero Barthez o la defensa, liderada por un soberbio Thuram, consiguieron abortarlas.

No fue el día de Zidane ni de Figo, ni tampoco el de Deco. Fue el día de Thuram y de los centrocampistas franceses. Vieira volvió a ser fundamental, al igual que Makelele, siempre realizando ese trabajo que luego pasa desapercibido para muchos.

Francia consigue así su clasificación para la final, que jugará el domingo frente a Italia. Por su parte la selección portuguesa jugará el partido por el tercer puesto contra Alemania.

  

Diego Rodríguez

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