AOUATE ROBA 1 PUNTO DE LA ROMAREDA
REAL ZARAGOZA 1-1 DEPORTIVO DE LA CORUÑA
Ayer en la Romareda se enfrentaron dos conjuntos muy distintos. Por un lado el Zaragoza, un equipo que apuesta por el fútbol, al menos en teoría, con numerosos jugadores técnicos y una gran capacidad de crear ocasiones.
En el otro lado estaba el Depor, que pasa por horas bajas, y aun no ha ganado fuera de casa. Es un equipo joven, que juega con más garra que criterio, y cuyo hombre determinante en ataque es Arizmendi, ayer más debido a la baja de Riki.
El Zaragoza, que como ya he dicho es un equipo de toque, alineó en el centro del campo a Zapater, un hombre de corte, y a Pique, un central, cuando ninguno de los mediocentros coruñeses (Duscher y De Guzman) tiene gran talento para jugar la pelota. Con cuatro jugadores de corte defensivo (el que más sabe tocar el balón de los cuatro es, probablemente, Zapater) en el medio del campo, la primera parte se convirtió en un conjunto de imprecisiones y de errores. El Depor hizo su partido. En un error de Aimar, que protestó una jugada en vez de seguirla tras haber perdido el balón, los visitantes montaron un rápido contraataque. Arizmendi centró, para que Taborda, un gigantesco patoso, adelantara de cabeza al Depor.
Se acabó ahí el juego del equipo de Caparrós. A partir de entonces se atrincheró y esperó que pasaran los minutos.
Y el Zaragoza no supo inquietar a Aouate en los primeros 45 minutos. En la reanudación entraron D’Alessandro y Óscar. El argentino fue sin duda el jugador clave en la reacción del Zaragoza. No tan individualista como otros días, llevó el peligro constantemente a la portería de Aouate, que empezaba a convertirse en el hombre del partido. Se lesionó Aimar, que era, sin lugar a dudas, el jugador con más talento del terreno de juego, pero que no fue decisivo, y por algo será.
Entró Longás, recambio ideal de Aimar, que juega de un modo parecido, sin su individualismo, y de un modo menos alegre y explosivo.
Tanto asedió el Zaragoza a Aouate, que paró una y otra vez remates a bocajarro y lanzamientos del borde del área, que acabó por empatar. Lo hizo por medio de Diego Milito, que transformó un penalti que le valió la expulsión a Taborda, por derribar a Sergio García cuando este iba a empujar un el rechace de una falta botada por D’Alessandro.
Siguió fallando el Zaragoza, y parando Aouate, hasta que el árbitro pitó el final y dio por terminado un partido en el que el Zaragoza volvió a dejar escapar 2 puntos en su estadio.
D.R.G.
3 comentarios
J.B. -
Anónimo 2 -
Anónimo -
Y en cuanto al partido y al papel de Aimar dentro de éste, a q te refieres con lo de "x algo será"...